Una Buena Noticia
Una buena noticia que llegó y permanece en el tiempo,
es el nacimiento en Belén, de Jesús el hijo de Dios hecho hombre.
Un acontecimiento que encontramos remarcado con rojo en los almanaques como en nuestras mentes, aunque es sabido que lo debemos recordar todos los días, juntamente con aquel momento, cuando en la mayor demostración de amor conocida hacia el hombre perdido, El dio su vida.
Algo que el proceso del hombre puede rechazar pero no ignorar es el sentido de la alegría que rodea la entrada del hijo de Dios en el mundo, y está relacionado con la necesidad de que la paz llegue a aquellos que buscan la presencia compasiva de Dios. Quien llegó a nosotros para comprendernos, perdonarnos y conceder la salvación a toda persona que así lo acepte.
Así como no hubo impedimento para que se acercaran los pastores que cuidaban el rebaño cerca de Belén y los magos que vinieron desde lejos con sus regalos al escuchar la buena noticia del niño que había nacido, nosotros podemos acercarnos a El buscando esa paz que tanto necesitamos para vivir.
Se acercan estas fechas y proponemos recordarlas de la mejor manera que nos sea posible, junto a nuestras familias, amigos, compañeros. Esto nos lleva a programar actividades diferentes al resto del año: campamentos, viajes, vacaciones anteriormente programadas o algo que en otro año no hemos podido hacer. Actividades que son nobles pero que no pueden convertirse en un fin en si mismas, ya que de ser así, nos apartamos del fundamento por el cual el almanaque esta marcado en rojo; cuando la Buena noticia es que Jesús quiere que restauremos nuestra relación con el Padre Celestial. Causa de su nacimiento es que cada uno de nosotros seamos ese establo en Belén y permitamos a Jesús nacer y hacer morada en nuestras vidas.
Haga realidad en su vida esta buena noticia, de seguro si lo hace, no solo tendrá una feliz navidad, sino una Navidad permanente.
Lucas 2:10”…he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo”...
Rvdo. Adhemar Charlin
Un acontecimiento que encontramos remarcado con rojo en los almanaques como en nuestras mentes, aunque es sabido que lo debemos recordar todos los días, juntamente con aquel momento, cuando en la mayor demostración de amor conocida hacia el hombre perdido, El dio su vida.
Algo que el proceso del hombre puede rechazar pero no ignorar es el sentido de la alegría que rodea la entrada del hijo de Dios en el mundo, y está relacionado con la necesidad de que la paz llegue a aquellos que buscan la presencia compasiva de Dios. Quien llegó a nosotros para comprendernos, perdonarnos y conceder la salvación a toda persona que así lo acepte.
Así como no hubo impedimento para que se acercaran los pastores que cuidaban el rebaño cerca de Belén y los magos que vinieron desde lejos con sus regalos al escuchar la buena noticia del niño que había nacido, nosotros podemos acercarnos a El buscando esa paz que tanto necesitamos para vivir.
Se acercan estas fechas y proponemos recordarlas de la mejor manera que nos sea posible, junto a nuestras familias, amigos, compañeros. Esto nos lleva a programar actividades diferentes al resto del año: campamentos, viajes, vacaciones anteriormente programadas o algo que en otro año no hemos podido hacer. Actividades que son nobles pero que no pueden convertirse en un fin en si mismas, ya que de ser así, nos apartamos del fundamento por el cual el almanaque esta marcado en rojo; cuando la Buena noticia es que Jesús quiere que restauremos nuestra relación con el Padre Celestial. Causa de su nacimiento es que cada uno de nosotros seamos ese establo en Belén y permitamos a Jesús nacer y hacer morada en nuestras vidas.
Haga realidad en su vida esta buena noticia, de seguro si lo hace, no solo tendrá una feliz navidad, sino una Navidad permanente.
Lucas 2:10”…he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo”...
Rvdo. Adhemar Charlin