El amor profundo de Dios
Juan 3:16 Jesús, puso su vida en la cruz, y aquel que siempre tuvo una estrecha intimidad con el Dios Todopoderoso, sintió en todo su ser el rechazo del Padre, a causa del peso nauseabundo de todo el pecado de la humanidad descargado sobre él, al punto de clamar: “Dios mío, Dios mío, por qué me has desamparado? ( Mr.15:34), y recibiendo así toda la ira de su Padre contra la abominable maldad de los hombres: la muerte como paga del pecado.
¿Es posible que a un inocente se le pueda condenar a una muerte cruel en un juicio sin pruebas, solamente guiado por mentiras y falsedades, envidia y odio?
¿Se debe lastimar hasta la deformidad y la sangre, a quien solo trajo amor, sanidad, paz y liberación?
¿Puede usted imaginarse que ese hombre en la cruz, era el mismo Dios Trino que a usted lo diseñó, lo formó en el vientre de su madre, y le dio vida en su nacimiento? El Dios que es el gran Yo Soy, el Primero y el Ultimo, el fue antes de que el mundo fuese (Juan 17:5)
¿Podían las voces airadas, las manos que golpeaban, las que levantaban el látigo y la maza para fijar su herido cuerpo con clavos, pensar por un instante, que esas lenguas, y esas manos, todos sus cuerpos fueron hechos al más mínimo detalle, por el que pendía del madero?, el cual solo rogó por el perdón de sus almas.( Lc.23:34)
“Consumado es”: Dios Padre aceptó el sacrificio perfecto, determinado y anticipado por Él. (Hch. 2: 23) Y todo fue por amor a ti, a mí, a cada persona nacida y por nacer.
“Porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a Su Hijo unigénito, para que todo aquel que en el cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado (Juan 3:16-18a)
Puedes creer que Jesús, el Hijo de Dios, murió en la cruz, pagando con su sangre el precio por todos tus pecados ¿Aun los más terribles, esos que no te atreves a pronunciar y alejas de tu mente?
Si sencillamente crees y te arrepientes de ellos, recibes el perdón de todos tus pecados, y Jesús, junto al Padre y al Espíritu Santo harán de tu corazón, su hogar. Entonces, tienes la herencia de la vida eterna y ya no eres una criatura más de Dios, sino su hijo, su hija, a quien ama profundamente como a la niña de sus ojos.
Pídeselo con tus palabras, Papá Dios te escucha, y quiere decirte: Hijo/Hija, te amo.
Rev. Adhemar Charlin
¿Es posible que a un inocente se le pueda condenar a una muerte cruel en un juicio sin pruebas, solamente guiado por mentiras y falsedades, envidia y odio?
¿Se debe lastimar hasta la deformidad y la sangre, a quien solo trajo amor, sanidad, paz y liberación?
¿Puede usted imaginarse que ese hombre en la cruz, era el mismo Dios Trino que a usted lo diseñó, lo formó en el vientre de su madre, y le dio vida en su nacimiento? El Dios que es el gran Yo Soy, el Primero y el Ultimo, el fue antes de que el mundo fuese (Juan 17:5)
¿Podían las voces airadas, las manos que golpeaban, las que levantaban el látigo y la maza para fijar su herido cuerpo con clavos, pensar por un instante, que esas lenguas, y esas manos, todos sus cuerpos fueron hechos al más mínimo detalle, por el que pendía del madero?, el cual solo rogó por el perdón de sus almas.( Lc.23:34)
“Consumado es”: Dios Padre aceptó el sacrificio perfecto, determinado y anticipado por Él. (Hch. 2: 23) Y todo fue por amor a ti, a mí, a cada persona nacida y por nacer.
“Porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a Su Hijo unigénito, para que todo aquel que en el cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado (Juan 3:16-18a)
Puedes creer que Jesús, el Hijo de Dios, murió en la cruz, pagando con su sangre el precio por todos tus pecados ¿Aun los más terribles, esos que no te atreves a pronunciar y alejas de tu mente?
Si sencillamente crees y te arrepientes de ellos, recibes el perdón de todos tus pecados, y Jesús, junto al Padre y al Espíritu Santo harán de tu corazón, su hogar. Entonces, tienes la herencia de la vida eterna y ya no eres una criatura más de Dios, sino su hijo, su hija, a quien ama profundamente como a la niña de sus ojos.
Pídeselo con tus palabras, Papá Dios te escucha, y quiere decirte: Hijo/Hija, te amo.
Rev. Adhemar Charlin